Cualquier
habilidad requiere práctica e inspiración divina como sinónimo de talento. Mi
forma de expresión por excelencia es la escritura. Encuentro en las letras, en
las narraciones, una compañía dedicada a consolarme, darme fuerza o bien, a
ayudarme a comprender lo que pasa a mi alrededor.
Desde
que tengo memoria, he creado un millón de historias en mi cabeza. Eso es normal
en los niños, no tanto en los adultos. Yo todavía pertenezco a esa generación
educada para terminar una carrera, conseguir empleo, crear una familia y
envejecer esperando una jubilación. Y ahí es donde está el dilema, así fui
educada pero mi realidad es distinta a lo planeado por fuerzas superiores del
universo desconocidas para mí.
Mi
realidad es que no voy a tener jubilación (la verdad si debería pensar en cómo
me voy a mantener de anciana), no tengo pareja ni hijos, lo más cercano son mis
sobrinos. Estudié, me divertí, viajé, me equivoqué, hice las cosas bien, viví
lo no escrito en mi línea del destino.
Este
cambio involuntario de planes me ha frustrado en más de una ocasión. A veces me
preguntó si no debí poner más empeño en desarrollar mi vida social. No es que
sea una pequeña genio de la ciencia, o vaya a descubrir el hilo negro de la
realidad social y me la pase metida entre libros. No. Más bien es el hecho de
haber canalizado mi esfuerzo en actividades no tan populares. Se trata de ser exigente
conmigo, convertirme en mi peor juez.
Puedo entender la equivocación del otro, no la mía.
Así
pasa el tiempo, cambio de actividades y las historias en mi cabeza se quedan
ahí. Peor aún si tengo un bloqueo, si las musas deciden abandonarme. Todos los conflictos interesantes, los
personajes inolvidables se vuelven humo ante mi imposibilidad de escribir algo
coherente.
Cualquier
habilidad necesita práctica, necesita desarrollarse. Si no la usas no la pierdes, el cuerpo es sabio y la
conserva en su memoria, solo que se oxida, se vuelve torpe. Espero encontrar de
nuevo mi inspiración, poder compartir mi visión del mundo a través de mis
letras, sin importar su uso… así que a practicar para mejorar.