miércoles, 19 de octubre de 2011

Mi cuerpo y el ejercicio

He de confesar que nunca he sido una persona amante del deporte. Es más, en cuanto podía escaparme de él, prefería mil veces pasar mi tiempo cantando, leyendo, escribiendo, viendo una película o escuchando música. El arte es más bien lo mío. A pesar de eso, entiendo la necesidad de hacerlo. El cuerpo lo pide a gritos... o por lo menos, en mi caso, ya se estaba lamentando después de dos años sin hacer prácticamente nada más que caminar de la parada del camión a mi casa. 

Así pues, hoy fue el segundo día en mi clase de Yoga. Cabe aclarar que no es la primera vez que la practico. A decir verdad, hace como 6 años ya había logrado tonificar mis músculos y trabajar mi figura a base de constancia. Pero la vida de un proletariado no siempre da cabida a buscar la plenitud en el equilibrio espiritual... ¡ja!

La cuestión es esta: Hoy hacíamos unas posiciones bastante placenteras cuando ya logras terminarlas. Sin embargo, la frustración llegó a mí porque no pude hacer bien ni la mitad de una pose. Me desesperé mucho ya que las conozco y las llegue a hacer bien. En cambio ahora, mi pobre cuerpo no tiene flexibilidad y está todo contraído. Fue entonces cuando llegó a mi mente: "TE ODIO CUERPO"... ¡qué me cae el veinte!, el problema no es mi cuerpo, el problema soy yo porque no le he dado mantenimiento. ¡Qué fácil es traerlo de arriba a abajo sin consentirlo ni siquiera un poco! 

Entonces recordé el artículo de una revista en donde mencionaban que las mujeres somos nuestros peores jueces. Nos encontramos todos los defectos habidos y por haber, además de bombardearnos con ideas como "Eres una estúpida", "Estás hecha una ballena", "No haces nada bien" (nótese es una revista de moda). El artículo mencionaba que si un hombre nos dijera eso, de patán no lo bajábamos, y la reflexión iba a ser menos duras con nosotras. 

Un psicólogo alguna vez me compartió una técnica interesante al respecto. Decía que por cada pensamiento o juicio negativo, debía anularse con uno positivo. De esta manera se puede buscar el equilibrio en la balanza. Así que con mi cabeza más fría pensé: "Es fácil frustrarse, pero apenas llevas dos días de ejercicio, mejor disfruta tu relajación y ya poco a poco lograrás llegar a donde estabas y en menos tiempo". Todo será resultado de la constancia...

La verdad es más fácil decir "te odio cuerpo", seguiré por esa línea. 

Ya en serio, espero que en un tiempo escriba una entrada compartiendo mi felicidad por haber logrado completar una pose.