sábado, 12 de octubre de 2013

El valor de las conexiones



A veces escucho comentarios, con cierta connotación negativa, sobre alguna persona que pudo obtener una oportunidad gracias a sus conexiones. Por mi parte prefiero ser prudente con dichos juicios de valor. En lo personal considero interesante la forma en la que se puede sacar cierto provecho de las redes sociales, y no me refiero a las relacionadas con las nuevas tecnologías, me refiero a los círculos cercanos a cada ser humano.

Mientras estudiaba fui testigo de todo tipo de compañero. Desde aquel preocupado por sacar la nota más alta en absolutamente todas las materias, hasta el otro extremo, quien pasaba porque sus amigos lo incluían en los trabajos aunque no hubiera aportado más que apoyo moral a la causa en común.

Ya una vez insertados en el mundo laboral, o por lo menos cuando lo intentábamos vehemente, me di cuenta de un pequeño detalle. El ser poseedor de cierto promedio escolar no es sinónimo de obtener empleo, el tener el título de alguna escuela reconocida tampoco es sinónimo de oportunidades ventajosas. Cierto es que ayuda, pero no te resuelve la vida.

Esos compañeros parranderos, poco interesados en los estudios no así en fomentar la vida social, fueron quienes pudieron colocarse más rápido en buenos puestos. No en todos los casos hubo la estabilidad suficiente para mantener el empleo, sin embargo, eran a los cuales estaban contratando. El pequeño detalle es que las redes sociales pueden ser más efectivas que un excelente desempeño escolar.

Yo he podido disfrutar en algunos casos de sus bondades. Amigos míos, exjefes, o bien, familiares, me han recomendado en algún lugar para obtener algún puesto. Obviamente depende de mí obtener dicho puesto y además mantenerme en él. Es respetable reconocer la labor de las personas que sin esas recomendaciones han logrado una carrera profesional respetable, sin embargo, desde mi punto de vista muy particular, el poseer una red te puede impulsar más rápido y más alto.

No se trata de conocer a las personas solo con un fin utilitario, simplemente de hacerse presente y que esas personas conozcan también las capacidades y habilidades  profesionales que cada quien posee. En otras palabras, así como me pueden ayudar, yo puedo ayudar a alguien si conozco sus capacidades y confío lo suficiente en esa persona como para recomendarla. Es una carretera, diría mi padre, de voy y vengo.

Así que espero, cuando mis alumnos vean que da resultados ir a fiestas y conocer a mucha gente, recuerden mi recomendación: “Estudien sí, es importante preparase, pero también háganse visibles, que los conozcan, vayan a fiestas y diviértanse”. Así como en la publicidad, la promoción más efectiva sigue siendo la de boca en boca.