Mi
mamá me dijo una vez que a veces, cuando las personas se casan esperan que la
pareja cambie para bien, cuando eso no pasa comienzan los conflictos. Todo
mejora cuando terminas aceptado lo bueno y lo malo de la otra persona y esa
otra persona hace lo mismo contigo. Cabe mencionar que mis padres llevan 38
años de casados y más de cuarenta de conocerse. Así que imagino pasaron por lo
mismo.
Yo
no me considero una persona detallista, digo, trato de ser considerada y hacer
ciertas concesiones para consentir, pero no soy de regalar muñecos, mandar un
poema todos los días o poner tú y yo de aquí al fin del mundo. Aún así, muy en
el fondo, soy romántica, disfruto mucho de esas películas y telenovelas (un
poco de placer culposo, pero en mi defensa diré que hay historias muy buenas)
en donde todo es rosa, todo es tierno y hay mucho amor en el ambiente. Sé que
es ficción pero me encanta verlo. Una vez, en la Universidad apareció un perro
gigante con unos chocolates y unas flores, estuvo buscando por todos lados a la
susodicha, se hizo popular entre varias chicas lindas y terminó cumpliendo su
misión un par de horas después. En verdad me encanta ver esas cosas.
El problema está en que creo que muchas personas comienzan a crearse expectativas de cómo deberían ser las relaciones de pareja “perfectas” y trata de prolongar la etapa del enamoramiento lo más posible. Esta etapa del enamoramiento es como bien linda porque todo es nuevo, todo son cualidades, todo se disculpa, todo es hermoso y el mundo tiene un cielo más azul.
Después
de un tiempo, las pareja se estabilizan y comienzan a hacer cosas juntos pero
ya no ceden tanto, el azul se ve más bien opaco y la pareja posee varias áreas
de oportunidad para mejorar su calidad de vida. Los detalles cuentan, ya
no se pasan por alto todas las cosas que en un momento dado pueden funcionar
como un catalizador de discusiones. Peor si hay un elemento que en pocas
cantidades puede ser divertido, pero si se abusa de él es causante de muchos males,
es decir, los celos.
Recordé entonces esa película de Bridget Jones en la escena donde el buen Darcy le dice a Bridget que le gusta así como es, con lo bueno y lo malo, dejando atónita a la graciosa protagonista. Y pensé, es verdad, es divertido ver el romanticismo en la etapa idílica, sin embargo, es más divertido ver ese romanticismo donde los “defectos” de la persona son los que te hacen sentir atracción por ella.
Me
vinieron a la mente muchas películas más en donde las protragonistas son de lo
más extraño y terminan por quedarse con el protagonista que adora esas
extrañezas. Tal vez que yo misma me sienta bastante rara y espere encontrar a
una persona que me ame por esas rarezas y, ahora sí como dicen los AA, tenga yo
la sabiduría de reconocerlo, aceptarlo y quererlo por sus propias rarezas. Si
he de ser sincera, me gusta mucho hacer las cosas a mi manera así que me puedo
adaptar, siempre y cuando me cumplan muchos caprichos.
Así que con eso termino, el ser humano es un entramado complejo de pensamientos, emociones, experiencias, conocimientos, frustraciones, expectativas. En realidad nadie es perfecto porque la perfección es de esos conceptos bien abstractos que dependen del universo conformado por cada cabeza. ¿Cómo podemos aspirar a tener la pareja “perfecta” cuando lo que necesitamos es la pareja que complementa, acepta y ama nuestras “imperfecciones”?