viernes, 3 de enero de 2014

Hay de familias a familias...



Al estar alejada de una que otra dinámica decembrina familiar, me ha sido más sencillo darme cuenta de algunas bondades y algunos vicios de dichas dinámicas. Este año me tocó estar lejos de mi “familia nuclear” (solo por diferenciarla de alguna manera) y celebré las fiestas con mi primo estimado ciudadano de un lugar tranquilo, montañoso, muy apropiado para criar hijos. Tiene dos hermosas niñas, por lo cual tuve la oportunidad de convivir con ellas, en especial porque cada vez le es más difícil visitarnos en mi adorado México. 

Honestamente el primer pensamiento surgido de mi mente, cuando escuchaba algunas frases ya tipo cliché de “tus amigos son como la familia a la que sí elegiste”, era esto es extremadamente cursi. La familia es la familia, las amistades son las amistades. Sin embargo, ahora ante una estancia mediana lejos de los míos, me ha hecho caer en ese cliché sin poder remediarlo. 

En mi país divino no tengo por costumbre enviar mensajes como “llegué bien a casa”, o no le pido a mis amigos que los manden, lo doy por  hecho. Aquí en cambio, me han pedido ese mensajito, así ellos descansan y si he de decir la verdad, yo también. Me siento menos estresada de saber que existe gente que se encuentra al pendiente de mí, y si, pensando en el peor de los escenarios, algo me pasara, ellos notaría mi ausencia. 

En el lugar tranquilo, montañoso, muy apropiado para criar hijos, en donde vive mi primo estimado, pude convivir con algunas parejas en su misma situación. Algunos expatriados, otros en matrimonios internacionales. Mi primo y su esposa han logrado crear lazos con sus amigos, y aunque no se ven tan seguido como quisieran, son como familia. Entre ellos son amables, cooperativos, un gran apoyo. Honestamente, como una intrusa en este microuniverso, pude ver cariño de por medio. 

Debo decirlo… ahora lo entiendo, lo entiendo muy bien. 

Mi familia nuclear está lejos, así que la gente a la que me he hecho cercana se ha vuelto importante, a ellos les pregunto, les pido opinión, con ellos me desahogo y comparto mi visión del mundo. No puedo decir que sean mi “familia elegida”, pero digamos me ha ayudado a comprender lo importante de tener a personas así en la vida. Si, caí en el cliché cursi y debo decir que lo agradezco.