martes, 27 de junio de 2017

El reciclaje virtual

Desde que el Internet se volvió la fuente de información por excelencia, se ha diversificado al grado de transformarse, también, en una fuente rentable de ingreso.

Como toda buena industria que se jacte de serlo, el ingreso logrado por la red depende, en gran medida, de qué tan viral seas, es decir, a cuánta gente eres capaz de atraer. De esta manera, los patrocinadores comienzan a interesarse, inician las recompensas y los regalos.
La cuestión es que, si de por sí ser “original” en un mundo donde ya todo se da por sentado es difícil, con la red se ha complejizado. Es fácil encontrar la misma anécdota en diferentes blogs, para quienes todavía disfrutan la lectura y ya están pasando de moda; de igual forma, se comparte a través de las redes sociales por medio de video o animación, lo cual es una evolución de las cadenas del correo electrónico en forma de presentación power point.

Chistes, anécdotas, reflexiones profundas, todo se presenta por diferentes medios, al gusto del lector, sin siquiera tomarse la molestia de cambiar la forma de narrar o las palabras a utilizar. ¿Con qué fin?, para hacerse de un mayor concentrado de seguidores y visitas. La originalidad consiste en presentar la forma más atractiva, más viral.

Tal vez yo esté más metida en la onda vintage. Comprendo que es complicado ser atractivo cuando existen millones de atracciones (exagerando un poco). La cuestión es que, jugar con el lenguaje y las palabras, poner un poco más de esfuerzo que simplemente en copiar y pegar, dejando a un lado las implicaciones de un plagio, sería mucho más enriquecedor. Experimentar con la forma a través del fondo, es interesante.