lunes, 25 de abril de 2016

Sentirme



Hoy quisiera sentirme poeta, de esos que logran perderse en el infinito de sus propios pensamientos. Quisiera ser los suficientemente romántica como para revivir una realidad alterna más común, más tranquila, más sin chiste. Y es que, según dicen, los golpes de la vida te hacen grande, los golpes de la vida te hacen apreciar aquello que es lo más valioso, aquello no material más importante. 

Hoy quisiera ser una de esas guerreras aferradas a la vida, que no se conforman con haber nacido para ver qué pasa. No, quisiera ser una de esas guerreras que poseen magia en su interior, que son capaces de crear mundos, de cambiar mentes, de tocar el cielo con la fuerza de su voluntad.

Sé que el mundo está delante de mí, sé que está ahí abriéndome los brazos, esperado que le haga caso. Pero el mundo, también, me rechaza, me hace sentir que soy y no soy parte de un plan maestro. Quisiera conocer ese plan maestro para entender mi papel en esta obra absurda.

¿Puede haber más absurdo que el intento ingenuo de simplificarlo todo a un puñado de explicaciones y leyes?, Es absurdo querer encerrarse en lógicas cuando todo es una paradoja extraña, una paradoja que precisamente es hermosa por caótica.

Hoy quisiera ser capaz de leer todas las señales de los campos. De traducir los olores, de entender los colores, de tener ojos en la mente. Quiero conocer mi futuro y a la vez prefiero estar protegida por la ceguera del tiempo. Hoy quisiera ser capaz de fraccionarme y regenerarme. Hoy quiero ser todo y nada.

Hoy... quisiera sentirme poeta.