sábado, 11 de mayo de 2013

Y que me acuerdo...



El otro día, como buena estudiante, puse empeño en diseñar una exposición digna de un alumno de maestría. Aunque el resultado fue decente, la verdad no siento que me haya lucido, y más cuando no asistieron la mitad de mis compañeros. A pesar de que mi ego no se infló tanto como yo hubiese querido – si, lo acepto, también tengo vanidad – redescubrí una de las cosas que más me gustan: La publicidad. 

Cuando me alejé de mis raíces de comunicación para comenzar en vasto mundo de la política, olvidé un poco la razón por la cual había optado por la comunicación como vocación en la vida.

Para esta exposición tuve que tratar sobre un libro que, en pocas palabras, hablaba sobre un estudio neoinstitucionalista, tomando a las instituciones como reglas del juego y así analizar el por qué en un país, un mismo proceso democrático se vive diferente para las regiones que lo conforman. La cuestión es muy política, muy actual y muy estudiada, y un tanto aburrida para mí.

Entonces, para mi exposición decidí comenzar contrastando comerciales publicitarios de oriente y occidente, para de ahí seguir con la estructuración del marco teórico del libro que me había tocado exponer. Lo importante, para mí, no es tanto el hecho de cómo ligué ambos temas, sino la razón por la cual me gusta la publicidad.

La comunicación es un proceso presente en todos los ámbitos, la comunicación es la base del conocimiento, del aprendizaje, del poner en común ideas. Así pues, la comunicación tiene en su punto de partida a la persona. Y eso es lo que me gusta de mi carrera, tratar con personas, el poder explorar un poco de su psique y comprenderlas, me gusta entablar conversaciones, me gusta estudiar los casos en donde se ha dado un proceso de comunicación efectivo, capaz de llegar de manera adecuada a su audiencia.

La publicidad contiene creatividad, estudios, estrategias, representa además a una marca y el trabajo de mucha gente. Eso también lo ligo con otros temas como podría ser el arte. En qué momento una persona pudo concretar una idea abstracta en un producto llamativo, en algo concreto. Me pregunto cómo se puede tocar la emoción de alguien para que ese alguien pueda abrirse y acepte la propuesta del creativo.

La comunicación es variada, rica, es un reto a veces. La comunicación es un mundo juguetón, a veces serio, es cambiante, un tanto voluble y a veces caprichosa. La comunicación es divertida, muy divertida. En verdad me da gusto saber que todavía amo mis raíces, que todavía me emocionan y que todavía soy capaz de buscar-encontrar los signos presentes en todos los mensajes. ¡Definitivamente es divertido!

No hay comentarios:

Publicar un comentario