lunes, 8 de julio de 2013

Darse un respiro... no es tan mala idea.



Retomando el tema del cuerpo enfermo, me gustaría desarrollar una idea que dejé un poco al aire. Alguna vez me comentaron en una clase que la medicina occidental se diferencia de la oriental en el sentido de que la primera se enfoca a los síntomas de una enfermedad para aliviarla, mientras la segunda entiende la enfermedad como un eje vertical alma-mente-cuerpo. De esta forma, se enfoca en buscar las causas más allá de los síntomas. También me dijeron en esta clase, que existe algo así como una especialidad en occidente en donde la medicina se vuelve social, para estudiar el entorno del paciente y ayudarlo a recuperarse mejor.

Después de recordar eso, me puse a reflexionar acerca de mi propia salud. Recordé lo delicado de mis ojos cuando se trata de desvelo o estrés. Hace años me detectaron astigmatismo con una graduación pequeña. En general puedo ver bien, pero si leo una cantidad considerable de material, entonces mi vista se cansa y me duele la cabeza. Un día, unos lentes hermosos que tenía se me rompieron, dejé pasar el tiempo para comprarme otros, años en realidad, y obviamente mi vista se vio afectada. La cuestión es que a veces me decidía a ir a comprar otros, pero si estaba desvelada o estresada, mi visión se nublaba, en verdad me costaba más trabajo enfocar las letras o los objetos. Como esa situación se repitió varias veces, pasaron años antes de estar en un “buen momento” para irme a hacer la prueba.

Otras veces, cuando me encuentro en situaciones llenas de estrés, en donde no sólo me pongo de mal humor, comienzo a enfermarme. Casi siempre mi cabeza es atacada primero, por lo cual es normal tener mareos o migrañas. Cuando logro dejar pasar esa parte, comienzo con la garganta o el estómago. Me da tos, me da gripa, o bien, me hago acreedora a alguna infección estomacal. No quedo tirada en cama más de un par de días, sin embargo, esas enfermedades son lo suficientemente molestas como para no permitirme seguir con mi vida diaria.

Por lo anterior, supongo que tal vez ese eje vertical no está tan alejado de la realidad. He conocido personas que a cada rato van al hospital hasta por un moretón pequeño, y platicando con ellas me he dado cuenta de que necesitan atención y cariño. Con esto no quiero decir que todas las enfermedades son producto de la mente, nada más alejado de la realidad, me refiero a que hay casos donde el cuerpo baja sus defensas, en parte como resultado del estado de ánimo de la persona.

En este mundo, en esta realidad, en donde se ha desarrollado una carrera loca por abarcar más en menor tiempo, tal vez valga la pena detenerse un momento, reflexionar sobre lo único que realmente nos pertenece, dar un respiro y cuidarnos. Estar enfermo no es divertido, por qué no tratar de evitar caer en esa condición en la medida de lo posible.

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