lunes, 16 de diciembre de 2013

Aquí... allá... ¿diferencias?

Resulta extraño escuchar el mismo comentario como si fuera un eco: no me gusta ir a consulta porque lo único que hacen es recetarte... la medicina a la que nombraré I por eso de los derechos. Creo que es algo curioso porque la primera vez que escuché ese comentario, pensé que había sido la experiencia aislada de esa persona, sin embargo, cuando comienza a repetirse en diferentes voces, pues comencé a pensar que la experiencia no había sido tan aislada. 

Recuerdo una película llamada My Big Fat Greek Wedding. En la introducción de esa película, el papá de la protagonista utiliza un limpia vidrios como remedio para cualquier tipo de mal, incluyendo heridas hechas al jugar. Pues bien, la medicina I me recuerda eso. Es tan efectiva, que no sólo se utiliza para bajar la inflamación o disminuir el dolor muscular. Es efectiva para dolores de cabeza, pequeñas heridas, tendones lastimados, supongo que también sirve para quitar la mala suerte y dormir mucho mejor, entre otras muchas bondades. 

En teoría, la cultura de la prevención es menos costosa para el Estado, por lo tanto, a veces se realizan campañas de salud para prevenir enfermedades, o bien, para detectarlas en una etapa temprana. Sin embargo, cuando se tienen recursos limitados, esa “ayuda” o “atención” comienza a retrasarse. Supongo entonces, es más sencillo recetar medicina I, para curar todos los males a realmente tener un repertorio alternativo a ese medicamento. 

En realidad esto me ha sorprendido porque noté que en este país le dan mucha importancia al tiempo con la familia y al estado de bienestar, por lo menos, en teoría. Tan es así, que una vez regresando a casa en el camión – perdón, bus, porque camión es de carga -, fui testigo de cómo una unidad utilizó una rampa para que alguien en silla de ruedas entrara en esa unidad. Interesante hecho, contrastado con el uso indiscriminado de un medicamento.

Cada vez que soy testigo de ese tipo de detalles, solo puedo decir que me viene a la mente: “En todos lados se cuecen habas”

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