viernes, 17 de febrero de 2012

Febrero loco... muy loco...

Hay veces que la realidad supera a la ficción. Bueno, cuando se trata de la ciencia ficción, la cual está basada en cálculos científicos y certeros, tiene la cualidad de profetizar. Así pues, hace unos meses estaba yo sentada en mi sala suplicándole al dios Tláloc por un poquito de agua y ahora creo que los dioses vikingos se enojaron e hicieron de las suyas para mandarnos una ola gélida.

Recuerdo haber visto en el cine una película llamada "El día después de mañana" (a lo que mi hermana bromeó, diciendo que era el sinónimo de pasado mañana) en donde hay mucha lluvia, olas gigantes y al final, el norte del continente queda hundido y en el frío. ¿Quién diría que tendríamos una onda gélida llamada algo así como un frío siberiano (creo que le nombraron así a este fenómeno)?

Haciendo caso omiso del cielo gris... y ante la necedad mía por quitarme el aburrimiento convencimos entre mi hermana y yo a mi familia para ir a Tequisquiapan (aca Tequis pa' los cuates). Es un municipio pequeño, bastante llamativo, con el clima ideal para disfrutar de una alberca. También es atractivo por las artesanías que se venden ahí. La cuestión es que Tequis siempre está soleado... o eso pensaba yo. Alcanzamos a llegar al centro, buscando la "Ruta del queso y del vino", cuando comenzó a llover. Primero despacio, después el cielo ya completamente negro dejó caer toda su furia. Ahí no paró la cosa, en los más de veinte años que llevo viviendo aquí, no recuerdo haber visto granizo en Tequisquiapan. Mi necedad tuvo consecuencias, una granizada que bajó una rica temperatura de 20oC a 12oC en cuestión de minutos. Aquello parecía nieve golpeando con fuerza todo a su paso. Papá estuvo más tranquilo cuando encontró un techo bajo el cual refugiarnos. 

Una semana después, me encuentro en mi casa, disfrutando de un hermoso día soleado, bastante caliente, adornado de la vegetación en todo su esplendor después de haber recibido tantos días de lluvia. Esos dioses nórdicos están haciendo de las suyas... y creo que nos quieren volver locos. 

Creo fervientemente que estamos viviendo las consecuencias del famoso cambio climático, ocasionado por el único grupo que en la película Matrix se calificó como un virus: Los seres humanos. Hemos abusado de nuestro ambiente, desperdiciado todo lo que nos han regalado por un puñado de dinero. Y bueno, si eso me beneficiara a mí, tal vez tampoco me importaría tanto, pero yo soy de esa fracción de la clase media que tiende a convertirse en clase baja. 

Dejando a un lado el fatalismo, la verdad no creí vivir lo suficiente para ser testigo de este tipo de fenómenos. Sólo espero estar preparada para lo que venga. 

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