lunes, 6 de junio de 2011

Despedidas y vacíos

Cuando se habla de una pérdida, la mayoría de la gente lo toma como sinónimo de muerte. Yo en cambio, comienzo a preguntarme lo que pudo haber perdido esa persona. Entonces, buscando en el diccionario encontré esta definición: Privación de lo que se poseía.

Así pues, a lo largo de mi vida he tenido algunas pérdidas positivas como fue el hecho de haberme cambiado de escuela tras once años, al principio no lo entendía, en cambio ahora digo fue lo mejor que me pudo haber pasado. También he perdido miedo a tener una zona de confort, así como he perdido mi zona de confort para establecerme retos como el viajar completamente sola a otro país sin saber qué era lo que me esperaba, a pesar de ser recibida por una de mis mejores amigas, la verdad es todo un reto.

Y también me han llegado las pérdidas negativas. El viernes de la semana pasada, una muy querida amiga con la que trabajaba fue sustituida por alguien de mayor experiencia. La invitaron a retomar el curso de su carrera profesional, volviendo a enfocarse en su área de competencia original. La verdad me dolió la noticia porque ya no será tan sencillo verla y también por la cantidad de sentimientos encontrados que ella experimenta.

En mi caso, he recibido esa misma invitación a buscar nuevas oportunidades unas tres veces en mi vida. Y las tres veces ha sido doloroso. La peor de todas fue la última. Después de trabajar y poner casi 4 años de mi vida, tiempo, dinero, esfuerzo y un poco de salud, decidieron que el puesto que había sido creado para mí después de muchas autorizaciones, le pertenecía a una mujer del sindicato que estaba peleando por tener un ascenso, aunque no fuera la persona idónea para el área. Me quedé sin trabajo, con deudas y un gracias por parte de algunas personas.

Las pérdidas causan dolor, pero dirían algunos terapeutas - profesionales y empíricos - el dolor no tiene por qué transformarse en sufrimiento. Es normal tener un duelo interno, un periodo de luto en donde lloras porque ya no tienes lo que poseías y después acostumbrarse a la nueva situación, sin aferrarse a aquello que ya no va a volver. 

Ahorita yo extraño a mi amiga y aliada, espero que podamos seguir compartiendo momentos de nuestra vida a pesar de no vernos tan seguido. Y en verdad le deseo lo mejor, que esta invitación recibida sea una forma de ayudarla a encontrar algo bueno para ella y su desarrollo tanto personal como profesional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario