jueves, 28 de abril de 2011

¿Fuimos o somos infantiles?

Hace tiempo me dijeron, me enseñaron o mostraron (a propósito del uso de sinónimos al más puro estilo de Adela Micha) que una persona cuando crece madura. Deja atrás todas esas ganas de desquitarse después de una pelea, o bien, entiende que no todo va a ser cuando quiera, en el momento que quiera, por lo cual los berrinches no tienen lugar. En teoría, cuando uno crece, la relación con las demás personas ya no es un simple Tu Siempre Amiga o Córtalas. Se transforma o evoluciona a un "me molesta algo, necesito hablar contigo sobre lo que me hiciste sentir"; "Me encantó lo que hiciste, lo agradezco mucho"; "Eres importante, te quiero y agradezco lo que haces por mí"

La cuestión es que no creo que todo eso sirva del todo cuando de la familia se trata. De niña, casi no peleaba con mi hermana, pero si lo hacía con mi hermano. La verdad no recuerdo cómo eran nuestras peleas, hasta que él se volvió un puberto. Y entonces, en vez de sentarme y platicar con él para llegar a un acuerdo, con la cabeza fría, lo que consigo es gritar y contestarle en la medida en la que él lo hace, y todavía actuamos así (cabe mencionar, y no me apena, que ya tengo 31 años y él 25).

Entonces compruebo dos cosas: es difícil madurar con la cercanía de la familia, olvidando todo lo pasado; y la madurez definitivamente no llega con la edad. Es más, creo que ahora hago más berrinches de los que hacía siendo, como diría mi papá, una muchachita. La diferencia con mis años mozos, es que después de muchos tropiezos y golpes de la vida, tengo la capacidad de decidir cuánto tiempo va a afectarme ese conflicto o diferencia de opinión y el costo que implica tomar decisiones. A veces, he tenido que dejar a un lado mi orgullo para demostrar que la familia es primero, a pesar de cualquier problema. 

En conclusión, el reto está en no dejarse llevar por las emociones de todos esos nudos sueltos del pasado y comprender que la gente cambia, crece y se puede defender sin necesidad de gritar o manotear como bebé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario