martes, 26 de abril de 2011

Muchos gritos...

Quiero suponer, porque llevo 15 años viviendo en mi colonia, que la mayoría de las personas piensa en la palabra discreción cuando hay peleas intrafamiliares, ya que nunca he escuchado peleas de los vecinos dentro de su propia familia. Si discutir con algún necio que ocupa su lugar de estacionamiento, tapa la entrada, o bien, considera que la música de la fiesta es demasiado alta, pero la idea de sacar los trapitos al sol de los personajes ilustres que nos rodean debe ser inimaginable. Sin embargo, mis vecinos de en frente, creen que discreción significa que todo mundo se de cuenta de sus peleas, recriminaciones, revueltas, entre otras muchas cosas. 


La primera vez que escuché a mi vecina recriminarle a su esposo, gritaba como la llorona, creo que toda la cuadra se enteró de la pelea. Se le desgarraba la voz con cada sonido que salía de su boca. Cuando ese sonido tomaba forma, uno podía darse cuenta de las maldiciones que caía sobre la pobre mujer. Honestamente pensé lo peor de su marido, pues ella aseguraba (con un pulmón digno de cualquier cantante de ópera) que él la había agredido, al parecer aventó a la pared una paella que preparó con mucho amor. La mujer gritó alrededor de 45 minutos antes de que mis queridos vecinos llamaran a la guardia municipal. En cuanto llegó la patrulla, ella comienza a gritar otra vez. En ese momento los polis hacen una maniobra de separo para calmar a la pareja cada uno por su lado. Él no grita ni suelta groserías, sólo dice que está loca, suelta por ahí la palabra divorcio, se ríe de ella y se gana una cachetada por osar burlarse.

Y así la escena sigue pasando hasta que vuelve la calma. La cuestión es que no fue cosa de una vez. Estos vecinos en especial, gustan de mostrar a todos sus problemas. Recuerdo una ocasión, de tantas en donde ya he sido testigo de gritos y peleas, que ella le exige que le regrese su celular, le asegura que sí le "puso el cuerno" y que ya se lo devuelva. Así que concluí algo: él no es tan maldito y ella no es tan inocente. Los dos tienen parte en su idílico y enfermizo romance.

En todos los 15 años que llevo viviendo aquí, no había sido testigo de algo que puedo calificar de "pena ajena". Si tienen problemas, en verdad, deberían buscar ayuda en vez de utilizar el antónimo de discreción. Me gustaba más mi colonia de los trapitos sucios se lavan en casa, en especial porque al final el más afectado es un chiquitín de menos de 10 años. Esperemos esta pareja encuentra el significado de las palabras cuidar y priorizar. Son padres, no están solos y en verdad, en vez de dar show por toda la cuadra, deberían pensar en ese ser que no pidió venir al mundo y espera ser cuidado por ellos. 

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