martes, 24 de mayo de 2011

El arenero playero

El famoso arenero, ese que te pone arena en los ojos para que se te cierren, se ha hecho presente en estos días. No sólo me provoca sueño, también se lleva la poca energía que me queda. Y creo, en verdad lo hago, que su aliado es el calor.

Para mí, el calor era un sinónimo de libertad, pues podía deshacerme de la cantidad exagerada - no tanto como lo soy yo - de prendas que me acompañan durante el invierno. Así pues, el frío era el antónimo de la diversión y la comodidad, pues me encontraba atrapada entre blusas de cuello de tortuga, suéteres, chamarras y bufandas. En cambio, en el calor podía usar mis faldas, mis blusas y mis sandalias con la tranquilidad de estar cómoda a cualquier hora del día.

La cuestión es que llevamos más de un mes con una onda calurosa que no baja de los 25oC  cuando tenemos suerte y refresca. Estoy tan desesperada con este canijo calor de mínimo 30oC, que he sido capaz de invocar a Tláloc a través de las redes sociales, y pedirle piedad para sus no devotos. ¡Necesitamos agua en la ciudad! 

Así es como el arenero tramposo, haciendo mal uso del calor, provoca gente somnolienta en los camiones, en los carros, en las casas y en cualquier lugar de trabajo. Mientras él usa lentes de sol, unas bermudas rojas con floresotas blancas y una playera tipo polo blanca, yo tengo que utilizar pantalón y alguna blusa "cómoda" que vaya de acuerdo con mi imagen de maestra honorable. Lo imagino bailando agogó ya que logró soltar la arena por toda la ciudad.

En fin, tendré que retarlo llegando a mi casa tomando un segundo baño con agua fría.

Sólo puedo decir.. con esta onda de calor... Arenero agogó ¡te odio!

Tláloc... ¡ayúdanos! 

-- Nota: Mientras escribo, he visto que estamos a 40oC ¡Dios! --

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