lunes, 30 de mayo de 2011

Y los mirones se hacen presentes...

Además de aprender a lidiar con una situación extrema a lo que salud se refiere, los paramédicos también se entrenan en mantener la mente fría con los "espectadores" del accidente-show. Es común que el tráfico se vuelva pesado a causa de un accidente, sin embargo, muchas veces esa lentitud se debe a los conductores curiosos con una necesidad de conocer lo ocurrido, o bien, simplemente deleitarse al ver un golpe, tal vez algún herido.

Menciono lo anterior porque estoy convencida que cada uno de nosotros tiene un pequeño lado morboso que disfruta de ser espectador de las vidas ajenas. Mis vecinos de en frente, de los cuales ya he platicado gustan de ventilar sus peleas, dieron un pequeño espectáculo de cinco minutos el día domingo. Esta vez se estaba gritando por causa de un dinero y una chapa, y ahí estábamos mi mamá y yo viendo desde mi cuarto la discusión. Una vez concluida, nos miramos, dijimos entre risas "al final, ¿a nosotros qué nos importa?". Y así como como lo hicimos, seguramente otros vecinos estaban también en frente de la ventana indiscreta escuchando la discusión, viendo a su pobre niño salir corriendo.

Y lo mismo aplica para las personas amantes de los programas de chismes, de revistas tipo TVyNovelas - la cosa más divertida cuando te vas a cortar el cabello - o TMZ. Al fin de al cabo, pareciera más importante enterarse de una pelea, de un engaño, de una caída, entre otros muchos menesteres, a saber si hicieron bien el trabajo. Incluso la ediciones de Big Brother en México fueron más exitosas con los famosos que con la gente común, por la cuestión de sus historias de vida y las telenovelas que ellos mismos creaban dentro de la casa por culpa de muchos ratos de ocio.

Así pues, es divertido chismear y armar el rompecabezas ajeno, y más divertido es cuando nos damos cuenta de que vamos en el mismo barco y a nosotros también nos puede pasar. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario